AÑO: 1944; Estados Unidos
DURACIÓN: 99 min.
DIRECTOR: Fritz Lang
PRODUCTOR: Nunnally Johnson
REPARTO: Edward G. Robinson, Joan Bennet, Raymond Massey, Dan Duryea.
MUSICALIZACIÓN: Arthur Lange
En ésta controversial historia nos encontramos con Richard Wanley: un reputado profesor de psicología, casado y padre de dos hijos, con elevados conocimientos acerca de los aspectos psicológicos de los homicidas y en defensa de los diferentes juzgamientos que hay que llevar a cabo en los diversos grados de culpabilidad de los asesinatos, quien da como ejemplo claro que no se debe juzgar a la persona que mata en legítima defensa con los mismos criterios que al que mata por beneficio propio. Paradójicamente, el profesor Wanley, terminará siendo seducido por una bella mujer (Alice Reed), asesinando en defensa propia y queriendo también asesinar por beneficio propio (más específicamente: por dinero).
A mi entender, dentro del género oscuro, negro, noir, ésta obra no encaja perfectamente en sus parámetros. Podría adjudicárselo tanto al tinte cómico como a que los personajes no muestran tantos grises: el profesor se ve como una persona con ciertos valores que busca cumplir (si bien fue seducido por una mujer, no llego a estar en situaciones íntimas con ésta, si bien asesinó, fue solo para defenderse y lo único siniestro, aunque no menos importante, que se le advierte es el hecho de que, por miedo a ir preso, quiera esconder un cadáver) en cuanto a la protagonista, todo el tiempo se encuentra preocupada por la situación de ambos y parecería ser que siempre busca salvarse tanto ella como hacerlo con el profesor Wanley; además, el fiscal Lalor se muestra siempre inflexible y transparente y lleva a cabo ese papel durante toda la película, y así con el resto de los personajes.
Una vez más, nos encontramos con una película en la que se muestras a los personajes en situaciones cotidianas que resultan terminar caóticamente, aludiendo constantemente a que nosotros podríamos ser esos personajes en nuestra vida real.
Girardini Guillermo